No es para jactarnos ni para discutir, es para entregar más de nosotros a Dios.
Desde hace cierto tiempo quiero hablar del tema de la Gracia de Dios, este fin de semana me tocó predicar por la Voluntad del Señor y, orando a Él, creo que justamente me señaló ese tema pero visto desde cierto punto de vista. El estudio lo dividiré en varios posts para no hacer un solo post tan extenso, pero te recomiendo leer primero el post anterior en http://pensandolobueno.blogspot.com/2015/08/gracias-por-la-gracia-la-reaccion-un.html
El tema principal que quiero tocar es la
Gracia de Dios y la “gracia” nuestra. El tema de la Gracia es algo tan extenso
pero tan fundamental que es muy difícil resumir pero muy importante para
estudiar, pues nuestra vida es moldeada por el entendimiento que tengamos de la
Gracia de Dios, a veces la entendemos tan poco que creemos que el evangelio
es una especie de cárcel de la cual, si te sales, sencillamente pierdes la
salvación. Dicho de otra manera, pensamos que la salvación depende de una lista
de “cosas que debes hacer y cosas que no debes hacer” y si no cumples esa lista
te vas al infierno. Por otro lado está la tendencia a saber teóricamente mucho
de la Gracia pero no darle el valor que se merece la misma, por lo que pasamos
al abuso de la Gracia “total, no me voy a perder”… Esos son dos polos del
entendimiento de la Gracia de Dios y ninguno es correcto, ninguno es lo que
Dios quiere que entendamos y practiquemos, ninguno es la voluntad de Dios.
La reflexión no es profundizar en la Gracia de
Dios pero sí es necesario saber algo de ella para poder practicarla, vivirla.
A veces vemos a Dios como una especie de juez que nos tiene el ojo encima para
juzgarnos, mientras que nosotros ayudamos a la gente pecadora y necesitada,
haciéndonos más misericordiosos que Dios. Esto tal vez venga de nuestra vieja
naturaleza, la cual no entiende los designios de Dios y piensa “si yo fuera
Dios, mataría a los malhechores y ayudaría a los hambrientos y los enfermos”,
si Dios hiciera eso nos habría eliminado hace mucho tiempo y no nos habría dado
su Gracia para salvarnos.
Es
necesario
recordar que Dios nos dio su Gracia "ustedes son salvos por Gracia
(caris) (Efesios 2:8)", que Él nos dice “ustedes recibieron de gracia (dorean),
den de gracia (Mateo 10:8)”, y que todo, absolutamente todo de lo que tenemos es porque lo hemos recibido “¿qué
tienes
que no hayas recibido?” 1 Cor.
4:7 . Además, es bueno aclarar las palabras usadas en la biblia y traducidas como "gracia".
Gracia
(caris): disposición amistosa de la que procede el acto bondadoso. Se destaca
su libre disposición y carácter espontáneo.
Gratuitamente (dorean):
derivado de “dorea”,
un regalo, libremente.
Es
decir, recibimos el amor y la bondad de Dios
sin merecerlo, por iniciativa y libre disposición de Dios, además de que
todo fue de manera gratuita, igualmente debemos brindar amor y bondad a
quien no lo merezca y de manera gratuita, sin exigir nada a cambio...
Por eso es triste ver como cobran en tantas "iglesias" por cualquier
motivo, desde cobrar por orar en adelante...
Pero ¿cómo se manifiesta esa Gracia a
nosotros?
Hay que tener
claro que todos nacimos con la
naturaleza pecadora (Rom 3:23) y que ninguno
de nosotros buscó a Dios (Rom 3:10-11) sino que fue Cristo quien vino a buscar a los pecadores (Lucas 5:32), a salvar lo que se había perdido (Lucas
19:10), así que Dios nos salvó
gratuitamente (Rom 3:24), sin pedirnos que hiciéramos nada para pagar
nuestras culpas, porque Él mismo las pagó. ¿Merecíamos que Cristo hiciera eso?
La respuesta es un rotundo NO, nadie lo merecía.
Hay que
entender además que la Gracia no se
puede pagar, si pagamos por la Gracia, entonces ya no es Gracia sino que es
un salario, un pago por nuestras acciones (Rom 4:4). Cuando uno recibe Gracia
uno sólo puede dar las gracias, y debido
a la Gracia de Dios uno sólo puede darle gracias por medio de una actitud
renovada (Rom 12:1-2), que ya no corre hacia el pecado sino que corre del
pecado.
Como ya
comenté, la tendencia de la carne es tomar la Gracia de Dios como una
oportunidad para pecar, para hacer lo que me dé la gana, como que la salvación
fuera libertad para pecar ¡pero no es así! ¡la
salvación es la libertad para no pecar! El inconverso es esclavo del
pecado, está OBLIGADO a pecar. Tomando en cuenta esa tendencia de la carne ¿debo dejar de predicar la Gracia de Dios?
De ninguna manera, pues el evangelio en sí mismo es la manifestación máxima de
dicha Gracia, mi deber es predicar la Palabra fielmente, usando bien la
Palabra de Verdad (2 Tim 2:15), a la vez que oro para que Dios ilumine a quien
escuche y sus ojos y corazón sean abiertos a la luz del evangelio, para que
reciban con gozo la Gracia de Dios.
En el mundo
están aquellos que rechazan la Gracia de Dios y quieren ser salvos por sus
propios medios, pero entre la iglesia de Cristo también hay quienes creen que
van al cielo por causa de sus propias obras, no han entendido que sólo Cristo
los salva sino que piensan que sus obras los salvarán., piensan algo así como "Dios te la Gracia inicial gratis, pero debes obrar para mantenerla" como que la Gracia dejara de ser gratis.
Tomando en cuenta tanta bondad de Dios para
nosotros, que nos buscó en lo más recóndito, donde sea que hayamos estado
escondidos huyendo de Dios (el Salmo 139 habla de la imposibilidad de ocultarse de Dios), siendo nosotros pecadores indignos de
Su Presencia, nos llamó, nos recibió con sus brazos abiertos y nos limpió ¿cómo debemos nosotros reflejar tal Gracia
a nuestros semejantes?
Te invito a leer el siguiente post para averiguarlo ;)
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