¿Puede ser blanca una mentira?



Nota: Esta es una traducción realizada por mi persona del artículo publicado por John Macarthur en http://www.gty.org/blog/B140813en 

Estás familiarizado con el concepto de una "mentira blanca". Es cualquier mentira que (debido a circunstancias circunstancias atenuantes, intenciones honorables, o de alcance limitado), es considerada insignificante. Mucha gente piensa que mentir puede ser aceptable o incluso justificable en ciertas circunstancias, ellos argumentan que los motivos nobles y la necesidad del momento pueden borrar el peso pecaminoso de la mentira.

El punto central de su argumento es la historia de Rahab:

Josué 2:3-6 Y fue dado aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí que hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para espiar la tierra. Entonces el rey de Jericó envió a decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, y han entrado a tu casa; porque han venido para espiar toda la tierra. Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondido; y dijo: Es verdad que unos hombres vinieron a mí, pero no supe de dónde eran. Y cuando se iba a cerrar la puerta, siendo ya oscuro, esos hombres se salieron, y no sé a dónde han ido; seguidlos aprisa, y los alcanzaréis. Mas ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los manojos de lino que tenía puestos en el terrado.

Al mentir, Rahab evitó la captura de los espías israelitas y ayudó a allanar el camino para que Israel conquistara Jericó. Resaltantemente, Rahab es la única gentil honrada por su fe en Hebreos 11. Al alabar su fe ¿está la Palabra también excusando sus métodos? ¿Fue esa la más rara de las circunstancias en la cual mentir era lo correcto para hacer?

Los eruditos y especialistas en ética han discutido acerca de este punto, retrocediendo hasta el principio de la más antigua historia rabínica. Enfrentémoslo, no es una pregunta fácil.

La Palabra enseña claramente que "El Señor aborrece a los de labios mentirosos, pero se complace en los que actúan con lealtad." (Prov 12:22 NVI). Dios mismo no puede mentir (Tito 1:12, Num 23:19, 1Sam 15:29), y por tal motivo, Él no puede aceptar o aprobar una mentira.

Por otro lado, algunos argumentan que por causa de las circunstancias, la declaración de Rahab ante el interrogatorio no fue técnicamente una "mentira" sino una finta militar - una estratagema legítima diseñada para engañar o burlar al enemigo en la guerra. Otros argumentan que cualquier mentira es aceptable si el motivo sirve a un bien mayor. Tal enfoque situacional a la ética está plagado de problemas muy graves.

No veo necesidad de intentar justificar la mentira de Rahab, ni veo alguna base bíblica para defender su mentira como correcta. Dios ciertamente pudo salvar a Rahab y a los espías sin la mentira de ella.

Hay una interesante historia que Corrie Ten Boom contó acerca de unas personas en Alemania quienes estaban escondiendo judíos de los nazis. They habían clavado al piso las patas de la mesa de la cocina. Debajo de la mesa había una alfombra que escondía una puerta. Levantar la mesa abriría la puerta a un sótano secreto donde se escondían los judíos.

Cuando los nazis venían a la casa, acusaban a las personas de protejer a los judíos en su casa y exigían saber dónde los escondían, entonces el dueño de la casa simplemente respondía "están debajo de la mesa", los nazis se burlaban de ellos y dejaban la casa pensando que eran unos locos. El punto, por supuesto, es que ellos dijeron la verdad porque los judíos estaban debajo de la mesa, solo que no revelaron cuan lejos, debajo de la mesa, se estaban escondiendo.

No creo que tengas que decir todo lo que podría ser dicho en todo momento, hay algo de virtud en mantener tu boca cerrada.

He experimentado una situación similar en mi propia vida. Hace muchos años yo contrabandeaba, en China, Biblias y otros libros con mi esposa e hijos. La iglesia de allá había preguntaado si podíamos llevarles algo de literatura cristiana, incluídos algunos de mis libros, que habían sido traducidos en chino. Todos nosotros teníamos esos libros escondidos entre nuestras ropas en nuestras maletas.

Nuestra estrategia era simple, le dijimos a los niños que procedieran por las aduanas como era usual. Si las autoridades no preguntaban nada, entonces no necesitábamos decir nada. También les dejamos claro que si alguien les preguntaba si ellos traían libros, ellos tenían que decir la verdad sin dudar.

En los propósitos de Dios, las autoridades chinas no nos detuvieron, pasamos directo sin pregunta alguna y llegamos sin accidente al punto designado para la descarga y entregamos nuestra preciosa carga.

Dios trabaja en formas asombrosas y siempre alcanza Sus Propósitos Soberanos. Mi amor por la verdad y convicciones acerca del tema permanecen sin cambios - deberíamos honrar la verdad a pesar de la situación.

Aun así, la mentira nunca fue el punto en la historia de Rahab. No hay necesidad de "racionalización inteligente" para justificar su mentira. La Palabra nunca alaba su mentira, Rahan nunca es aplaudida por su ética, Rahab es un ejemplo positivo de fe. De hecho, Hebreo 11:31 explícitamente alaba la hospitalidad de Rahab para con los espías, y nada más.

En el momento en que ella mintió, su fe estaba recién nacida, débil, y necesitando nutrirse y madurar. Su conocimiento del Dios de Israel era escaso. Es posible que ella nunca había conocido adoradores de Dios antes de esa noche, ella probablemente no tenía entendimiento de el valor que Él pone en la veracidad.

Además de eso, ella era producto de una cultura corrupta donde la ética era virtualmente inexistente, mentir era una forma de vida en su sociedad-y especialmente en su profesión. La forma en que respondió es solo lo que podríamos esperar de una nueva creyente bajo esas circunstancias.

El punto es que la fe de Rahab, sin desarrollarse como estaba, inmediatamente dio como fruto una acción. Ella "recibió en paz a los espías" (Heb 11:31), lo que significa que no solo los escondió, sino que implícitamente abrazó la causa de ellos. De ese modo ella confió todo su futuro a Dios, y la prueba de su fe no fue la mentira que ella dijo, sino el hecho de que "ella recibió los mensajeros y los envió por otro camino" (Sant 2:25) cuando ella bien pudo haberlos entregado por dinero. La mentira NO es lo que hizo loables sus acciones, es el hecho de que ella rechazó una recompensa fácil, se puso a sí misma en peligro y así apostó todo al Dios de Israel. Nada sino la fe pudo haber hecho tan drámatico e instantáneo cambio en el carácter de tal mujer.

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