Engañados... AUTOengañados...

"Vana es la hermosura y engañosa la gracia, pero la mujer que teme a Jehová será alabada".

En este post hablaré de las mujeres porque a ellas se refiere el versículo, pero esto que diré puede -casi todo- fácilmente aplicarse a los hombres.

No es secreto para nadie que hay muchas mujeres engañadoras por ahí, que con tal de conseguir al hombre que buscan se disfrazan totalmente, de manera que con su gracia (o dulzura, encanto, "amigabilidad" o muchos otros factores de su personalidad que ahorita no recuerdo pero que nos llaman enormemente la atención) engañan al hombre que quieran conquistar (dicen por ahí "la mujer nace, crece, se desarrolla, se casa, y... se le acaba la gracia jajajaja")

Pero no solo tienen gracia para conquistar hombres, sino que logran su propósito en donde sea que vayan, por eso mandamos a las mujeres "a preguntar" cuando queremos algo en una tienda o similar, porque con su gracia convencen.

(Gracias y Gloria a Dios por la gracia de las mujeres ;])

Sin embargo lo que me motivó a escribir no fue lo anteriormente mencionado pues eso es ya bien sabido, sino que suele suceder que los hombres nos dejamos "hipnotizar" por la gracia de las mujeres, lo que resulta en que la gracia de la mujer convence a uno aunque ella ni siquiera lo haya querido, osea que aunque la mujer nunca haya estado interesada en cautivarte o engañarte, NOSOTROS nos cegamos por su gracia y comenzamos a obviar otros aspectos más importantes de ella...

La belleza más importante de una persona es la de su alma, y ¡¡¡esta belleza es un reflejo de la relación que la persona tiene con Dios!!! por tanto, mientras mejor relación más bella es la mujer, pero si la relación es mala pues la mujer se vuelve FEA aunque por fuera sea la más bella de todas las mujeres.

Uniendo las ideas, lo que quiero decir es que damos tanto valor a la gracia femenina que la ponemos en primer lugar a la hora de elegir nuestra pareja vitalicia (para las affairs o romances cortos el primer, segundo y tercer lugar lo ocupa el atractivo físico), tanto valor le damos que no pensamos en cuanto ha crecido espiritualmente esa mujer o cuan interesada está en seguir creciendo, en cuanto se parecen nuestras visiones de la vida (quererse ir uno a predicar a áfrica y que ella no pueda estar cinco minutos sin aire acondicionado), gustos (yo rockero y ella sifrina de "somos tú y yo" jajaja), e incluso si realmente hay oportunidad alguna de estar con esa mujer (comprometida, casada), entre otros factores.

NO nos dejemos engañar por la gracia, pensemos más allá de eso, por ser AUTOengañados siempre vienen a nosotros problemas sentimentales que muy probablemente podemos evitarnos si simplemente nos ponemos a meditar en estas sencillas preguntas:

¿Me gusta ella por su gracia, o por su relación con Dios y conmigo? o ¿Será que pongo su relación con Dios y conmigo como excusa para estar ante una mujer con tanta gracia?

Agrego relación conmigo porque no tiene caso enamorarme -o antojarme- de alguien que ni me trata ni conozco, sería casi igual a enamorarse de una predicadora de TV.